martes, 13 de abril de 2010

Obispo Paulo Roberto



        ¿En dónde busca su felicidad?


Construir la casa de sus sueños, establecer una empresa de alcance internacional, encontrar al amor de su vida, reconstruir a su familia, sanar de graves enfermedades, son ejemplos de bendiciones que han alcanzado, por fe, varios de los asistentes a la Iglesia Universal.

Dios no sólo pretende complacer nuestras necesidades, sino darnos mucho más. No obstante, hay gente que, erróneamente, sólo se enfoca en satisfacer los ámbitos visibles (amor, dinero, salud), creyendo que esa es la clave de la felicidad.

Por supuesto que debe luchar por tener cosas buenas, el propio Dios quiere ayudarle a conseguirlas, pero ¿de qué serviría eso si por dentro usted estuviera vacío, si fuese débil y su carácter en lugar de traerle beneficios, le perjudica? ¡De nada! El inicio de la felicidad está en recibir, del propio Dios, un nuevo corazón y una nueva mente. Es decir, volver a nacer espiritualmente.

Como su nombre lo indica, el nuevo nacimiento espiritual nos convierte en nuevas personas, aptas para tener al Espíritu de Dios viviendo en nosotros y así gozar de paz, vigor, alegría permanente, sabiduría, entre otras bondades, para estar plenos. Y lo principal: nos da el privilegio de pasar la eternidad al lado de Dios, salvando nuestra alma de sufrimientos interminables.

A través de su fe, acérquese a Dios y pídale que le haga nacer de nuevo. No considere esto como una opción, sino como algo indispensable. Exprésele a Dios cuánto desea sentirse pleno(a). Él no le rechazará, si usted es sincero(a), Él le hará una nueva persona, alguien feliz de verdad.

Obispo Paulo Roberto

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